En el marco del Día Internacional del Migrante, este 18 de diciembre del 2023, queremos compartir una invitación a conocer la Caravana por la Hospitalidad promovida desde la Red Jesuita con Migrantes en América.

Desde esta experiencia de recorrido por el continente, reconocemos y acompañamos a las personas en migración forzada desde el encuentro humano que nos permite mantener la esperanza en medio de tan complejas e injustas situaciones en origen, tránsitos, destinos y retornos.

Como Red con Migrantes hemos venido expresando de qué maneras en medio de esta migración forzada “los éxodos revelan la trama” y permiten distinguir los distintos tipos de violencias que obligan a tantas familias a huir y enfrentar diversos riesgos en medio de rutas cada día más peligrosas.

Hemos denunciado que estos éxodos “destapan la trama política, social, económica y criminal que supone el motor de las causas de la indignidad de las que huyen, y de los riesgos y criminalización que se encuentran en el camino”.

Nos preguntamos, al sentir el sufrimiento de las personas migrantes y sus familias, si tal vez nos encontramos “en un callejón sin salida” donde la protección de la vida, el respeto de los derechos humanos, el cuidado de las infancias y el cultivo de una humanidad donde todas y todos podemos desarrollar nuestros proyectos de vida, se pone en entre dicho.

Igualmente, y con toda nuestra pasión, celebramos la hospitalidad, la solidaridad, la acogida, el encuentro humano que emergen en medio de situaciones tan dolorosas que afectan la vida de seres humanos empobrecidos y muy vulnerables, con heridas muy profundas.

Vemos y anunciamos una humanidad que, desde la fe y la esperanza, sigue construyendo caminos de hospitalidad con horizontes de reconciliación y de justicia.

¿Qué es la Caravana por la Hospitalidad?

La Caravana por la hospitalidad es un recorrido continental para la promoción de una cultura de acogida y encuentro, que va haciendo paradas en comunidades y ciudades de la región que reciben a poblaciones migrantes, refugiadas y desplazadas.

Es una acción itinerante de la Red Jesuita con Migrantes en América (RJM), en colaboración con los Servicios Jesuitas a Migrantes y a Refugiados (JRS, SJM, SJMR, Encuentros, Fe y Alegría, Universidades, Albergues) y demás obras e instituciones vinculadas con la Compañía de Jesús y aliadas, presentes en cada país de la región y desde donde se acompañan a las personas migrantes forzadas.

Se trata de una propuesta inspirada en la idea original nacida en San Cristóbal del Táchira en Venezuela, como parte de una acción colectiva que integra a la Universidad, al Servicio Jesuita a Refugiados, las comunidades y artistas locales.

En los últimos años hemos realizado varios recorridos de la Caravana por la Hospitalidad dentro de la Red Jesuita con Migrantes, sumándonos a la acción de personas e instituciones en más de 60 ciudades de 15 países, reconociendo historias de acogida e integración, compartiendo la vida con personas migrantes, comunidades de acogida, manos amigas en albergues y espacios de cuidado, escuelas y universidades.

Le invitamos a conocer esta experiencia AQUÍ.

La Caravana en Centroamérica y México

A principios del presente mes de diciembre, finalizamos la Caravana por la Hospitalidad en la región Centroamérica y Norteamérica de la Red Jesuita con Migrantes (RJM CANA), donde hemos logrado reconocer, fortalecer y promover las diversas prácticas de la Hospitalidad que emergen en el contexto de esta región del continente.

Desde que iniciamos el viaje de Colombia hacia Panamá fueron 60 días de un intenso recorrido por los países de esta región; pudimos visitar 17 territorios de 5 países donde compartimos con personas migrantes y sus familias, comunidades locales en las fronteras, personas que acompañan, universidades, albergues, organizaciones aliadas, todas en comunión de la misión de cuidado y construcción de humanidad compartida. 

Desde Panamá hasta Nogales al norte de México, hemos reconocido una realidad compleja e injusta que se expresa en el cansancio y dolor de tantas niñas, niños, jóvenes, hombres y mujeres, familias enteras, migrando de manera forzada y en condiciones de mucha vulnerabilidad.

Son diversos los retos por asumir en el acompañamiento de éste éxodo: las causas que les obligan a tomar el camino; los riesgos cada vez más violentos que deben enfrentar en los tránsitos, resultado de las políticas restrictivas y la acción regional del crimen organizado; el hacinamiento en albergues, parques, calles, terminales… debido a la necesidad de esperar durante semanas y meses una oportunidad para completar su viaje; la desesperanza que nace del desespero y la confusión que resulta de las deportaciones.

 Y al mismo tiempo, y esto es la Caravana por la Hospitalidad, contamos con el privilegio de conocer en vivo y en directo a cientos de personas que tienden sus manos en el camino para ofrecer información, para dar alimentos, para curar los pies, para brindar esperanza.  Sobre todo logramos encontrar una respuesta diversa y continua en toda la región: una red de hospitalidad y humanidad compartida. 

Muchas emociones, ideas, experiencias, muchas preguntas por resolver… de este viaje que nos llevó desde Panamá, como puerta del mundo entero a través del tapón del Darién, hasta Nogales, en Sonora y Arizona, como uno de los accesos “regulares” al norte y todo lo que ello representa en el imaginario de las personas en movilidad humana forzada.

La motivación central de este recorrido que hacemos con violín y guitarra, es la que expresamos en la apuesta de hospitalidad que tenemos como Red de la Compañía de Jesús que hace cuerpo con otras y otros en el continente:

En las comunidades de origen-retorno, tránsito y destino a las que tengamos acceso, fomentar una cultura de hospitalidad con horizonte de reconciliación orientada a desarrollar procesos dignos de integración.

 

Qué alegría comprobar que son muchas redes, diversas organizaciones locales y las mismas personas en movimiento, quienes en medio de tanto sufrimiento, están construyendo junto con nosotras y nosotros, comunidades de cuidado, de hospitalidad y de humanidad compartida.

 

Gracias a tantas personas por abrir las puertas de sus hogares, universidades, albergues, organizaciones y de sus propias vidas para recibirnos durante este tiempo. 

Por la Red Jesuita con Migrantes Continental