La cuarentena en el Alto Apure no da tregua

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Foto: José Leonel Gutiérrez | Radio Fe y Alegría Noticias

Con el avanzar de los días dentro de la cuarentena social, pocos son los comerciantes informales que aún se mantienen a flote.

Esto especialmente ocurre en la parroquia San Camino del municipio Páez, en la frontera por el estado Apure.

De unos 30 vendedores ambulantes de café que amanecían en las calles ofreciendo su producto a los propios y foráneos, hoy unos pocos logran batallar contra el alto costo de los insumos, lo difícil de conseguir vasos plásticos y la poca afluencia de usuarios en las calles.

Ronalis Vicente es zuliana de nacimiento pero desde hace 4 meses vive en el Alto Apure.

Los cafeceros de El Nula también cumplen con las medidas de prevención de la COVID-19. Foto: José Leonel Gutiérrez

Ella contó a Radio Fe y Alegría Noticias que al llegar, todo marchaba bien «pero desde que empezó eso de la cuarentena, no ha habido buena venta. Poca gente baja en la madrugada».

La rutina completa le cambió. Antes aprovechaba y empezaba a vender desde las 4:00 de la madrugada. Ahora llega a las 5:00 debido a la poca afluencia de personas.

Sus clientes habituales eran los conductores y pasajeros que pasaban por El Nula para cruzar hacia Colombia y en condiciones normales, ya a las 7:00 de la mañana terminaba su jornada y regresaba a casa.

Pero ahora, en medio de la cuarentena social decretada por los gobiernos de ambos países para evitar la propagación de la COVID-19, espera hasta las 10:00 de la mañana para poder vender sus termos.

«Y no se vende casi. A veces me voy con café y todo porque no hay casi venta», agregó Ronalis.

Esto también afecta el dinero disponible para mantener su hogar pues también a causa de la cuarentena social, su esposo quedó desempleado.

«Lo mínimo que me llevo son 10 mil pesos», dijo, cuando antes podía triplicar esa cifra. Lo que ahora produce no es suficiente. En casa hay 5 hijos que la esperan.

Pero a pesar de las circunstancias, insistió en que «tengo que seguir (vendiendo) a pesar de que soy la única que está trabajando. A pesar de que mi esposo está sin trabajo, yo tengo que seguir luchando. Qué más vamos a hacer».