El factor petrolero en la reclamación del Esequibo pudiera influir, por no decir condicionar la decisión de la Corte Internacional de Justicia
Pareciera que el gobierno no se da cuenta de que la reclamación por el Esequibo y su defensa no está en Caracas, sino en La Haya. Por muchas marchas, manifiestos, declaraciones, comunicados y consultas populares, estas no tienen ningún efecto sobre los 14+1 magistrados de la Corte Internacional de Justicia, quienes tendrán que decidir la validez o no del Laudo de París de 1899.
Hace exactamente casi un año, el 23 de octubre de 2022, en esta columna, asomé una teoría: “El factor petrolero en el Esequibo”; el tiempo y las circunstancias políticas han ido comprobando esta teoría expuesta en aquel artículo. Planteaba que así como en la teoría del Triángulo del Fuego, se requiere de tres agentes: oxígeno, calor y combustible, en el caso de la reclamación del Esequibo, si no existían estos tres factores, la reclamación no tendría la importancia que tiene hoy en día, ni para fortuna de la excolonia inglesa, ni para las transnacionales del petróleo.
Esta semana, se dio un alboroto más, por las declaraciones del encargado para América Latina del Departamento de Estado, Brian Nichols, en respaldo a Guyana ante la licitación de bloques petrolíferos ubicados en la zona en disputa, lo cual ciertamente es una intromisión de Estados Unidos. Lo que llama la atención es que pareciera que el oficialismo olvida que Estados Unidos desde 1897 con el Tratado de Washington; luego en 1899 con el Laudo de París a favor de Inglaterra y su excolonia y más reciente en julio de 2019, con la declaración del Deputy Chief de la embajada americana, Steers-Gonzalez, en Georgetown, durante la despedida del embajador Perry Holloway, cuando reveló que su jefe, Rex Tillerson, se disponía a prestar toda la ayuda que Guyana necesitara; incluido un cambio de posición de su gobierno frente a la reclamación de Venezuela por el Esequibo. Estas declaraciones, no fueron una flor ni una cortesía diplomática sino que fueron ratificadas en reiteradas oportunidades por voceros de la Exxon.
El cambio de posición anunciado por el encargado de negocios, tenía un mensaje directo para Caracas, por si habían olvidado que como consecuencia de la Ley de Hidrocarburo; la terminación unilateral del Convenio de Reducción de Regalía Cerro Negro; -El aumento de la tasa del impuesto sobre la renta aplicable a las participantes en proyectos de la Faja del Orinoco; -La reducción de la producción y las exportaciones del proyecto Cerro Negro; -la Expropiación directa de todos los intereses de Mobil Cerro Negro; Mobil Venezolana y La Ceiba, así como todos los activos relacionados, condujeron a que el recién nombrado presidente de la ExxonMobil “Tiranosauro” Rex Wayne Tillerson (2006-2017), recurriera inicialmente a la Cámara de Comercio Internacional (París) y luego al Ciadi, donde se libró una dura batalla legal y millonaria, para posteriormente “vengarse” cuando fue designado secretario de Estado por el presidente Donald Trump.
Siendo así la historia, claro que el petróleo es un factor importante en la reclamación del Esequibo, al brindarle Guyana a Exxon todas las facilidades de operación. Para nadie en el mundo petrolero, es un secreto que Exxon en su desquite, financia el equipo jurídico que representa a Guyana ante la CIJ. En el campo operacional, esa ayuda se ha traducido en que Guyana de la mano de ExxonMobil ha hallado a 193 km de su costa yacimientos petroleros de un alto potencial; cuenta con 18 yacimientos descubiertos desde 2008; le apoya un consorcio liderado ExxonMobil, HESS y CNOOC; es el líder mundial en descubrimientos totales en alta mar desde 2015, con 11.200 millones de b/p, esperando superar nuestra producción y en poco tiempo los 700.000 b/d. Todo ello le permitirá a Guyana, duplicar su economía en unos 24 meses.
En definitiva a la luz de estos escenarios, gracias a los descubrimientos petroleros, a la excolonia ingresarían 16.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 y apuesta con Exxon y sus socios, producir en el futuro, 1,2 MM b/d para 2027.
Hoy en día goza de un apoyo político que va desde Estados Unidos, pasando por la UE y China; en lo económico de las grandes transnacionales del petróleo; militar abiertamente de Estados Unidos y diplomático, como se vio esta semana, en la Asamblea de las Naciones Unidas, lo cual la han empoderado gracias al factor petrolero. Ante estas circunstancias nuestra única alternativa es demostrar en la CIJ nuestros derechos históricos y soberanos sobre el Esequibo.
Gerson Revanales es internacionalista y profesor universitario. @grevanales
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