Migrantes venezolanos siguen utilizando las trochas para salir

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Archivo/Foto: Radio Fe y Alegría Noticias

Venezuela es el segundo país con mayor cantidad de desplazados y refugiados en todo el mundo después de Siria, según el último informe de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en su más reciente reporte.

A pesar de la pandemia y los cierres fronterizos, la socióloga y profesora Universitaria, Claudia Vargas, afirmó, a través de Radio Fe y Alegría Noticias que, el ritmo de la migración Venezolana no se ha detenido.

Para Vargas más allá de evaluar cuantas personas se han ido según los datos de (ACNUR) en los cuales se estima que son 194 mil venezolanos en lo que va de año, lo importante es analizar en qué condiciones está saliendo la gente.

«Cuando decimos que las personas pasan por trochas, que caminan varios kilómetros, se evidencia que es un «drama humano», pasar por trochas supone muchos riesgos», apuntó la socióloga.

Enfatizó que los venezolanos a la hora de emigrar están expuestos a los cambios de clima, muchos no cuentan con condiciones físicas ni de indumentarias y tampoco con la comida adecuada para realizar las largas caminatas.

La docente agrego que las políticas legales que tiene cada país ligados a la pandemia y mientras se mantenga el cierre de las fronteras «la vulnerabilidad va a aumentar más».

Frontera México – Estado Unidos ¿la nueva esperanza de los venezolanos?

Con respecto a la ruta que han utilizado decenas de venezolanos por los lados de la frontera mejicana para llegar a los Estados Unidos, Vargas asegura que es una ruta que no sigue toda la población de migrantes venezolanos.

Considera que hay varias limitantes, entre ellas la de tener en mano el pasaporte que supone mucha dificultad poder obtenerlo en Venezuela en cuanto a costo y tiempo de espera.

Es una población que se podría considerar clase media y que en su mayoría realiza una «planificación» por lo que representa una migración forzada en el país. Los gastos podrían alcanzar entre 6.000 y 12.000 dólares.

«A ello se le suman las personas que orientan a los migrantes llamados «coyotes» y otras ayudas virtuales como especie de gestoría que ayudan a las personas, llegar a la frontera, con el aliciente de no garantizar su permanencia en los EE.UU», subrayó Vargas.

Cree que hay una diversificación en las rutas de salida y entrada porque muchos países ponen cada vez más restricciones. Casos como Chile que están colocando en práctica las deportaciones.

Por último, pidió no perder de vista a las personas que se quedan en el país, como niños y adultos mayores considerado los eslabones más débiles, pues quedan en la incertidumbre preguntándose ¿Cuándo nos iremos a ir?» o con la esperanza de una reunificación familiar.