Monasterio Trapense de Mérida es nuevamente víctima de la inseguridad

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Presuntos antisociales sustrajeron equipos y medicinas de ganado del deposito de la finca del Monasterio Trapense. Foto: Cortesía

El monasterio Trapense “Nuestra Señora de Los Andes”, ubicado en el sector de Caraguatay del estado Mérida, ubicado específicamente en el kilómetro 12 de la vía hacia Canaguá fue víctima nuevamente por los amigos de lo ajeno.

El Padre José Luis Toro, vicario episcopal para la comunicación de la Arquidiócesis de Mérida, informo a Radio Fe y Alegría Noticias que el hecho se registró en horas de la noche del día lunes 15 de noviembre en el depósito de la finca donde varios hombres sustrajeron equipos y medicinas de ganado, catalogando este tipo de actos como “vandálicos”.  

“Los monjes han informado que han entrado al depósito de la finca y se han llevado equipos, medicinas de ganado, sabemos que los monjes tienen una labor interesante de trabajo y oración, ahora siguen siendo víctimas del hampa”, aseguró Toro.   

El vicario episcopal para la comunicación de la Arquidiócesis de Mérida pidió “seguridad” para los monjes y personal que labora en este recinto religioso, además se solidarizó con los afectados.

“En nombre del cardenal Baltazar Porras y del Obispo Auxiliar monseñor Luis Enrique Rojas Ruiz, toda nuestra solidaridad para con ellos, los sacerdotes de la Arquidiócesis que pudieran estar pasando por situaciones similares y pedimos a las autoridades hacer énfasis en la protección y seguridad de la ciudadanía”, apuntó el padre.

Cabe señalar que el 29 de diciembre del año 2016 el monasterio Trapense Nuestra Señora de Los Andes fue objeto de un asalto masivo que duró aproximadamente cinco horas.

En este lamentable acto delictivo se pudo conocer que un grupo de presuntos antisociales ingresaron al Monasterio sometiendo a cerca de 30 personas, incluyendo a los monjes de la comunidad, huéspedes, obreros, personal administrativo y a las personas que se encontraban en el lugar fueron amordazados.  

Según testimonios los asaltantes se llevaron el café que producen los mismos religiosos, además de teléfonos móviles, laptop, entre otros bienes de valor.