UNET: 6R (V)

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¿Qué quieren decir algunas autoridades y los consejeros universitarios que les apoyan, el mantener el “equilibrio” para mantener la universidad “abierta”? Mientras que se quebrante el artículo 91 de la Constitución de Venezuela nunca habrá equilibrio.

Es menester seguir recalcando que el “Modelo de Universidad Pública Gratuita de Excelencia y Calidad” caducó definitivamente, por mucho los arduos intentos de revivirla bajo el mismo esquema, ya en completa decadencia.

El derecho a la vida es prioritario y de mayor jerarquía ante cualquier otro, por lo que el argumento que la educación universitaria gratuita es un derecho constitucional queda sin vigor cuando se violenta abierta y de forma flagrante el artículo 91 de la misma Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es decir el “Salario Mínimo Vital”. En otras palabras, la remuneración que nos permita vivir dignamente, y que en la actualidad es factor determinante para no morir debido a una mala nutrición y la nula capacidad para adquirir cualquier medicamento o tener una cobertura efectiva de salud.

Por otra parte, es un hecho público y notorio, la dolarización de toda la economía nacional. La mayoría de los bienes y servicios están expresados, con el visto bueno del gobierno nacional, en divisa extranjera (llámese dólar). Sin embargo, el salario de los trabajadores, nosotros mismos nos negamos a esa realidad. Entonces, le empezamos a dar vueltas y largas al asunto, cuando nuestra posición unánime en todo escenario o auditorio, es operacionalizar los mecanismos para lograr ese cometido. 

No hay  alternativa, se debe iniciar de inmediato un proceso de transformación universitaria que conduzca a un nuevo modelo que se autusostenga económica, financiera y académicamente. Cuestión que hemos llamado propuesta UNET: 6R, y que es el resultado del clamor de un grupo significativo de integrantes de la comunidad universitaria:

Cruda realidad de la docencia universitaria venezolana.

“Es muy fácil pedirle a los docentes que «den clase» sin considerar que, al igual que cualquier trabajador, esperan su justa y proporcional remuneración. Es triste que, en la comunidad universitaria, se pretenda hacer trabajar al docente sin asegurar sus ingresos. Nadie en la faz de la tierra trabaja gratis. Cuando un profesional trabaja gratis se usa el termino ad honorem para referirse a éste hecho.

La evolución se ha dado en la naturaleza únicamente bajo la constante de adaptación y cambio como forma de sobrevivencia. Lo que servía en el pasado en el presente quizás ya no forma la fórmula de vida. Así ha sido y lo será: adaptación y cambio.

En el ámbito universitario es preciso revisar el presente y considerar la adaptación y cambio a la realidad existente para asegurar la continuidad de la universidad «pública» venezolana, como casa formadora de profesionales. De lo contrario, al no haber otra forma de sustento sino la dependencia del «Estado», vistos y conocidos los antecedentes, estará destinada la universidad «pública» a su propia defunción.

Entonces, o se paga y se desarrolla la actividad formativa para lograr el feliz término del profesional o no se paga y pues no surge. Es dicotómica la solución. Y punto, esa es la verdad, aunque duela y sea injusta. El cambio de paradigma hace rato que pasó y lo único que se avizora por parte de muchos es la resistencia al cambio”.(a)

Las universidades son instituciones para educar y formar, no para mendigar.

“Las universidades son instituciones al servicio del Estado, que forman profesionales y es casa de conocimientos, de generación de soluciones que aporten bienestar y progreso para el desarrollo del país, y es así como se pueden generar mecanismos de autosustentabilidad y más aún en estos momentos de crisis socioeconómica que vive el país.

No es posible y es inaudito e inaceptable que se pretenda generar soluciones o  autosustentabilidad a base de propuestas que conduzca a donaciones o dádivas para reactivar las actividades universitarias entonces las preguntas que nos hacemos son: ¿Está cumpliendo la universidad su papel o función para la cual fue creada? ¿Es a base de donaciones y dádivas que una universidad puede funcionar? No nos vengan a enamorar con soluciones románticas, se deben generar soluciones de verdad y acorde con la nueva realidad, ya basta de esclavismo, ya basta de pisoteo hacia la educación, generemos propuestas y soluciones reales que beneficien a toda la comunidad universitaria”. (b)

Educación universitaria de los 90 y la que pretenden instaurar en la actualidad.

“La calidad de la educación en Venezuela llegó a ser en un momento, la mejor entre muchos países de Sur, Centro, y hasta norte América. Quizás esta afirmación podría ser una exageración, pero no lo es. Recuerdo mis tiempos de estudiante universitario en la ULA (Universidad de Los Andes-Venezuela) y LUZ (La Universidad del Zulia), donde era común encontrarse estudiantes de otras universidades, tanto de Venezuela como de otros países como, Europa y Suramérica. Recuerdo también, a manera de anécdota, a un joven estudiante alemán, que al igual que yo, realizaba estudios en un Centro de Investigación de la ULA en el área de física teórica, específicamente en Campos y Astrofísica.

Una vez le pregunté por qué había elegido Venezuela, si Alemania tenía los mejores Centros de Física del mundo, muy reconocidos sus Institutos Max Planck, su respuesta fue, es que aquí en la ULA están los mejores profesores y científicos en este campo de la física, y también porque quiero aprender el idioma español. Venezuela en esa época (década de los 90), contaba con excelentes académicos, muchos de ellos, profesores que se habían formado en distintas universidades del mundo. Estamos claros que muchos de esos profesores ya no están en la Universidad, algunos se jubilaron, otros se fueron fuera del país, o simplemente dejaron de existir, pero dejaron generación de relevo, en la cual me incluyo. 

Muchos se preguntaran, que pasó con la excelente calidad de la docencia y la investigación, que por cierto hoy no existe, principalmente porque parte del personal de relevo se ha ido del país buscando otras condiciones de trabajo y un mejor salario, otros se han quedado tratando de subsistir, trabajando con la “uñas”, como solemos decir en nuestro país, cuando no contamos con recursos para trabajar. Si hacemos memoria, todo lo anterior pasó  poco a poco, pero nunca nos detuvimos a pensar en las consecuencias, reflejadas hoy en el pésimo nivel en la educación que tenemos. 

Otras preguntas que pudieran surgir, serían, 1. ¿Se hizo algo para alertar sobre lo que estaba pasando?, la respuesta es un Si contundente. Recuerdo cómo profesores y estudiantes,  principalmente, alzaban su voz para hacer el reclamo y exigir un presupuesto justo para las Universidades, pues las reparaciones, actualización de tecnología, becas, sueldos, etc., se pagan con dinero. 2. ¿Quién ha sido el responsable de esto?, por supuesto, el gobierno nacional con sus políticas económicas erradas, pero hay más culpables:

Las autoridades universitarias, con su afán de mantener una universidad “abierta”, mas no sé con qué fin, porque para mí, la principal razón debería ser la calidad, la cual quedó  bastante comprometida. Hay más culpables, si los hay, yo soy uno de ellos, porque fui indiferente y no hice mayor cosa para detener ese desastre. Y por último, en este orden, que no obedece a ninguna jerarquía de responsabilidades, están los estudiantes, ellos solo se concentraron en exigir clases, a sabiendas que no existían las mejores condiciones, se conformaron con lo poco que sus profesores podían ofrecerles, pues sin tecnología y programas de actualización docente, era poco lo que se podía hacer.

Podemos seguir repartiendo culpas, pero, ¿Qué debemos hacer para rescatar lo poco que queda en las Universidades, incluyendo su personal académico?, resaltando por su puesto, que la universidad funciona con personal de apoyo (Administrativos y obreros), no siendo ellos menos importantes que profesores y estudiantes, claro está.

Mientras que la educación universitaria avanza en las instituciones privadas, no ocurre lo mismo en la pública, aunque las autoridades universitarias, se inventan cronogramas y fechas de culminación de semestres, hasta mencionan asignaturas culminadas bajo la modalidad virtual. Al respecto me pregunto, donde están los soportes de dichos profesores que le permitieron pasar de la modalidad presencial a una virtual, sin tecnología, con fallas eléctricas y sin internet. Me consta, que existen zonas del Táchira donde el fluido eléctrico se interrumpe hasta por más de cinco horas al día, y por lo general el  servicio de internet también lo hace,  aun teniendo electricidad.

Entonces, cómo es que antes de la pandemia (covid-19), en el caso UNET según información que conocí cuando fui representante por parte de la APUNET ante el Consejo Académico, los profesores que conocían las plataformas virtuales de enseñanza y que sabían trabajar con ellas, eran aproximadamente cuatro (tenían aulas virtuales y enseñaban con ellas siguiendo metodologías de la modalidad virtual). Si el resto de profesores tenían o enseñaban a través de medios electrónicos, esos datos no se conocieron, ni se suministraron en ese momento. Es más,  la Coordinación de Educación a Distancia (CED), cerró muchas aulas virtuales creadas por profesores, unas por no tener contenido, otras porque no había registro de ninguna actividad en varios años.

Al respecto, cabe la interrogante, se pueden llevar las asignaturas que actualmente se impartían en la modalidad presencial a la virtual, la respuesta en mi opinión es, Si. Pero hacer esto implica, 1) Que el profesorado empiece a documentarse, o estudiar lo concerniente a la enseñanza por medios virtuales, 2) Elaborar material instruccional bajo esta modalidad, 3) Revisión de la metodología por parte de la instancia respectiva, 4) Adquisición de equipos, como computadoras, por ejemplo, 5) Conexión a internet, y una plataforma o repositorio para alojar contenido multimedia, etc.

Todo lo mencionado en el párrafo anterior puede ser llevado a cabo en aras de lograr una educación de excelencia, como la que conocimos en la UNET hace tiempo, y que por las razones expuestas, dejó de existir. Las autoridades pueden seguir elaborando cronogramas y planteando inicio de nuevos semestres, pero todos sabemos que mientras no exista dinero, sobre todo para pagar un salario digno, el cual el régimen se niega a cancelar, todo seguirá igual.   

Según tengo entendido, existen varias propuestas económicas que pudieran servir para ayudar a rescatar la universidad, porque la educación subsidiada por el Estado, en los actuales momentos no es viable, pues he visto en algunos medios de comunicación, como el gobierno nacional está dando en concesiones algunas de las empresas del  Estado al sector privado. Esto me deja claro, que una educación gratuita (subsidiada) es imposible, a menos que los profesores y empleados universitarios aceptemos ser esclavos. Porque un salario que no supera los 5 dólares mensuales, no es de esclavos, es de indigentes como lo ha señalado el gremio profesoral.

Valoro lo que han propuesto algunos dirigentes estudiantiles tratando de aportar soluciones. Sin embargo, la solución no es buscar dinero a través de «potazos» o donaciones para ayudar en primera instancia a los profesores, pues a esta altura de la vida y del ejercicio profesional no podemos vivir de limosnas. Así como hemos tenido que adaptarnos a pagar servicios como; salud, vivienda, comida y combustible, ente otros, en moneda extranjera, la educación universitaria que dejó de ser gratuita, también debe pagarse así.

Para finalizar mi exposición, la ruta para reactivar la Universidad no  trata de elaborar o exponer propuestas para terminar o iniciar un nuevo semestre, y me atrevo a adelantar que, ninguna de ellas tendrá el éxito deseado hasta que no empecemos por entender y cambiar de mentalidad. A que me refiero, que ya no existe la educación gratuita en Venezuela, y la que quiere mantener el Estado, es para ser dirigidas por esclavos o indigentes, no por profesores.. Entonces, no se trata de buscar dinero para otorgar limosnas a los docentes, se trata de que actualicemos las Normas existentes en la Universidad que no permiten que una propuesta involucre la cancelación de un pago por matricula la cual  debe ser ajustada a la realidad que vive el País, se haga realidad. Porque si han logrado actualizar normas para que una matrícula de postgrado  se cancele en divisas extranjeras, que por cierto no son nada económicas, me pregunto por qué no se puede hacer algo semejante con pregrado. Porque el problema no es el problema, sino no querer aceptar la solución del problema.

Invito, y llamo a la reflexión a los sectores involucrados, profesores, autoridades y estudiantes a llevar un debate que busque una salida al conflicto, y dejemos a un lado, el pensar de  que por medio de resoluciones absurdas se pretenda reactivar una Universidad apelando al lado débil del profesorado, como lo son: la universidad y sus educandos, porque esa táctica ya no funciona”. (c)

(a) Nuñez, Ediover (18-02-21). Ingeniero Industrial (UNET). https://bit.ly/3uc2O0f

(b) Pérez, Dionel (18-02-21). Profesor Asistente (UNET). https://bit.ly/3pyWlc4

(c) Paredes, Gilberto (17-02-21). Profesor Titular (UNET). https://bit.ly/2NbgSXr

Por temor, conformidad, mezquindad o apatía, si solo nos enfocamos en el problema, nunca se encontrará una solución relacionada con un modelo de vida renovado, reconciliado y anclado en las leyes de Dios.  Salmo 50 / Mateo 6, 1-6. 16-18

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2021.

Pedro Morales. [email protected] @tipsaldia. WhatsApp: +584168735028