Uno de los temas abordados en la rueda de prensa de los directivos de Fe y Alegría Venezuela este viernes 6 de marzo fue el de la actual condición crítica de los docentes.
El profesor Rafael, director del Instituto Técnico San José Obrero, habló en nombre de sus colegas.
Recordaba que este 7 de marzo se cumple año de la rueda de prensa que justamente hacían desde el Movimiento para manifestar su preocupación porque se empezaba a acentuar el abandono de los cargos docentes, el abandono escolar por condiciones de alimentación, también en las escuelas de la institución que alentó el P. José María Vélaz.
Peña precisa que en Fe y Alegría llevan 1 año y 4 meses haciendo «acción pública». Son manifestaciones diversas para dar a conocer la emergencia educativa que los educadores, los directivos, los padres, los niños, jóvenes y todo el país están enfrentando.
En el caso específico de los educadores, refiere Peña que la Segunda Convención Colectiva Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación, impulsada por el ex ministro de educación Elías Jaua, mejoraba sustancialmente muchas de las condiciones laborales y salariales del personal docente.
Pero «lamentablemente fueron desconocidos desde agosto de 2018 por el ministro Aristóbulo Istúriz», dice el educador.
¿Qué tan mal están los docentes?
Rafael Peña enumera una serie de renglones por las cuales caracteriza la condición del docente en extremo deterioro.
Habla de que un docente 4 (con más de 11 años de servicio) con una carga completa de 36 horas semanales gana diariamente 22.562 bolívares. Esto significa que al mes devenga 451 mil bolívares, es decir, unos 6 dólares.
Pero resulta que, si vive cerca, gasta 20 mil bolos diarios lo que al mes representan 400 mil bolívares. Solamente le quedan 51 mil bolívares para comprar comida, comprar medicinas por si los chamos se enferman y acarrear con otros gastos de la casa.
En este apartado Peña agrega que actualmente el Ministerio de Educación les adeuda a todos los maestros un 280 por ciento de deudas acumuladas.
Dicho de otra manera, los educadores en Venezuela, incluyendo los de Fe y Alegría, no puede asegurar un bienestar personal ni familiar. «Antes, los docentes podían trabajar y saber que al llegar el tiempo de retirarse tendría un bienestar físico, material y espiritual», asienta.
Esta situación hace que el panorama para los maestros sea incierto, desmotivante, triste y desgastante.
¿Qué proponemos?
Desde el Movimiento se propone, entre otras cosas, que se mejoren las condiciones del convenio entre el Ministerio del Poder Popular para la Educación y la Asociación Venezolana de Educación Católica, AVEC, renovado recientemente.
Por otro lado, que se estudie con compromiso sincero y pronto el pago de la deuda pendiente por cancelar a cada docente del 280 por ciento por ajuste salarial no cancelado durante este año y medio.
En el plano de las fórmulas de cálculo de pagos de primas de jerarquía y por otros conceptos se plantea revisión y homologación como está establecido en la administración pública nacional.
Anexa el director del Instituto Técnico San José Obrero de Fe y Alegría que se reconozca en el tabulador salarial las diferencias en las categorías docentes y en el grado y en el nivel del personal administrativo y obrero, en virtud que las divergencias entre cada uno es irrisoria, desvalorizando los años de servicios.
Al cierre, Peña alerta que «nos podemos quedar sin educación (porque) no hay condiciones mínimas para garantizar una educación digna y de calidad».
Unidos por la educación significa que mejorar las condiciones de los maestros es un asunto de toda la sociedad. «O nos hacemos cargo o no tendremos personal capacitado para llevar adelante este país».