Un espacio para caminar con Jesús
Interioridad
Jueves 28 de marzo de 2024
Por: H. Elena Azofra
Ustedes deben lavarse los pies unos a otros
Te animo a encontrarte con el Señor. Inicia con dos o tres respiraciones profundas, acoge tus sentimientos y ábrete a la Palabra de Jesús:
«Si yo, el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros: les he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con ustedes, ustedes también lo hagan».
Reflexiona:
Lavar los pies es agacharse ante el otro y tratar de ocultar, menguar o eliminar su suciedad o deterioro. Pero también es una forma de reconocimiento mutuo del mal concreto, sin generalidades u absolutismos, porque solo es en los pies. Es un gesto de fraternidad que pide verdad, confianza y discreción por ambos. Es un gesto de acogida mutua del que lava y del lavado.
Oportunidad de servicio y de dejarse ayudar.
Y no solo una vez, sino las veces necesarias, y con cualquiera de los que convivimos.
Haz un silencio profundo.
Señor Jesús que sepa ver de qué necesito limpiarme y qué parte de mí. Que me vea necesitado de Tu lavado y del perdón de mis hermanos. Lávame, purifícame. Santifícanos.
Amén.
Con Tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.