Espiritualidad. Lunes 29 de noviembre de 2021.
Por Antonio Pérez Esclarín.
Un Dios que nos ama
La fe no consiste en creer en Dios, sino en afirmar y experimentar que Dios nos ama. Sentirse querido por Dios cambia la vida, cambia el corazón. Dios nos quiere no porque seamos buenos o justos, nos quieres sin más, como las madres quieren a sus hijos. No porque sean inteligentes o bonitos. Sino porque son hijos.
La fe en un Dios que nos ama y que no puede dejarnos de amar, es la razón de una confianza invencible. Según Jesús Dios es Abba, la palabra aramea que primero aprenden a balbucear los niños y que podríamos traducir como papi o mami. Abba expresa una confianza sin límites, refleja esa seguridad y ternura que experimentan los bebés en los brazos de su madre. Ellos saben que su mamá está pendiente de ellos, que los quiere sin límites ni condiciones, y ese amor les da seguridad, les confiere una alegría sin orillas.
El amor de Dios es la roca firme donde podemos afianzar nuestras vidas en estos tiempos tan tormentosos y difíciles, pero Abba, expresa también dignidad. Cada uno de nosotros valemos sin importar nuestras miserias, problemas, deficiencias, porque Dios nos creó por amor, nos ama como somos y quiere vida y felicidad para todos.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.