Oración de la mañana. Jueves 21 de abril de 2022.
Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.
Cafecito de la esperanza en Tiempo de Pascua
Señor Jesús, te haces presente entre tus apóstoles y les deseas paz, es tu regalo. Abres su mente para que puedan comprender la pasión, muerte y Resurrección. ¡Has vuelto! Eres el que vieron morir, y estás vivo”. Cuando compartimos la Eucaristía, te encontramos crucificado y resucitado, como los discípulos. Si nos damos cuenta de lo que está sucediendo, también quedaríamos “mudos de alegría”. Que podamos sorprendernos de tu bondad que nunca nos abandona. En una forma familiar y cotidiana, como es comer un pescado, los discípulos ven con los ojos de la Fe. Les muestras, en forma sencilla, que eres el mismo Señor que ellos conocieron. El Señor de la Pascua, el Señor de la Fe. Somos bendecidos porque creemos, aunque no podemos ver…auméntanos la Fe. Aquí estamos en nuestro café metidos en tu oración.
Caminas con los discípulos y compartes su temor y ansiedad, el sentirse defraudados. Palpas su esperanza en la promesa que les estás cumpliendo. ¿Qué podemos recibir nosotros? La oscuridad y la luz, compartida en este caminar, hora a hora, contigo Señor de la Luz. Caminar y escuchar; dejar que nos recuerdes las Escrituras que nos traen confianza, cercanía y paz. En nuestra relación contigo, a veces, tenemos la tentación de verte como un fantasma.
Le dices a tus discípulos, soy de carne y hueso, como ustedes. Sabes de qué estamos hechos. Compartes todo lo que experimentamos, y nos ofreces una parte de todo lo que experimentas, incluida tu Resurrección. Habías dicho que cuando se reunieran en tu Nombre, estarías en medio. Tú Presencia lleva la paz y aleja el temor. ¿Te permito darme esa paz? Tu Resurrección derriba todas las barreras, retira todas las divisiones. Tus verdaderos discípulos son embajadores de la reconciliación en todas las épocas. ¿Con quién necesito reconciliarme? ¿Soy una fuente de divisiones o de unidad con los demás? ¿Creo en el poder de la Resurrección?
¡Aleluya, Aleluya, Aleluya! Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.