Más de 70 venezolanos retornados de Colombia aislados en la población de El Amparo, denunciaron la situación de insalubridad que padecen en el Punto de Atención Social Integral (PASI) en la Escuela Básica Diego Eugenio Chacón.
La señora Urimare Lindolfo aseguró que por las tuberías solo baja un escaso chorro de agua amarillenta que usan para el consumo y para bañarse. En ocasiones, cuando tienen suerte, piden a los vecinos del sector a través de la cerca, un poco de agua filtrada para los alimentos de los bebés.
Este PASI está ubicado en el municipio Páez, en la frontera del estado Apure con el departamento colombiano de Arauca.
Lindolfo sostuvo que la baja calidad del agua ocasiona erupciones en la piel de los niños. También padecen las picaduras de insectos.
Informó además que debido al agotamiento de la reserva de pañales desechables traídos de Colombia, muchas madres han tenido que canjear ropa y otros objetos para garantizar este recurso. El recrudecimiento de la escasez ha ocasionado pugnas frecuentes entre los albergados.
Entre los artículos que han tenido que cambiar se encuentran algunos kits médicos y de alimentación que les había donado el ACNUR.
Manifestó además que les proporcionan las 3 comidas diarias, pero «es una arepita chiquita con un soplo de queso en las mañanas, mondongo o grasa de cochino guisada con arroz al medio día y un solo bollo en las noches».
Lindolfo llevaba 17 días en el PASI de la «EB.Diego Eugenio Chacón» desde que llegó el 9 de agosto proveniente de Colombia, pero asegura que hay personas que llegaron primero y tienen mucho más tiempo allí.
Aseguró que «las 74 personas que estamos aquí de las cuales, 30 son niños, lo único que queremos es que nos lleven a nuestros estados de origen».