El descontrol que genera la falta de efectivo para pagar el pasaje del transporte público en el estado Mérida está generando situaciones insólitas que, poco a poco, se convierten en “norma” por la necesidad de la gente.
Esta semana se puso en marcha el nuevo aumento del pasaje, incremento que, una vez más, se hizo sin la aprobación de las alcaldías y sin la respectiva consulta a las comunidades como lo indica la ley. Sin preguntar a nadie, se aumentó el pasaje y ya.
En zonas de Mérida aumentó de 50 a 100 mil bolívares, en el caso de las rutas cortas. Para lugares alejados de la localidad o entre municipio y municipio, el pasaje subió de 60 a 200 mil, un incremento de 233% de un solo golpe como se dice popularmente.
Comprar billetes
Ante esta situación, volvió -como el año pasado- la famosa venta de efectivo, una dinámica que consiste en comprar el dinero a través de una transferencia o pago móvil; la mayoría de los vendedores, desde particulares hasta comerciantes, fijan una tasa ganancia que varía entre 20 y 30%, lo que implica que si se necesita un millón de bolívares se debe cancelar un millón trescientos mil (1.300.000) para obtener los billetes.
Esta práctica, ya habitual entre los merideños, disminuyó por la escasez de billetes, lo que generó situaciones aún más inusuales como las que se narran a continuación:
Pagar con 1 dólar:
Una señora estaba esperando transporte a las 6 de la mañana para bajar desde la población de Tabay, municipio Santos Marquina, del estado Mérida hasta la ciudad de Mérida, a lo que comúnmente se llama “el centro”, en el municipio Libertador.
Este recorrido de aproximadamente 40 minutos, cuesta 200 mil bolívares con el aumento (el anterior era de 60 mil), la usuaria le dijo al chofer del bus que no tenía el dinero, pero que le puede pagar con un dólar. Ella pagaría dos pasajes ya que viajaba con un amiga.
El conductor accede al pago y le dice que le va a dar de vuelto un millón cien mil bolívares, pero la situación se puso tensa cuando la señora le preguntó a que tasa lo está pagando, el chofer le dice que a un millón 500 mil, a pesar de que en la noche anterior cerró en un millón ochocientos mil, según el mercado no oficial, referencia predilecta para hacer transacciones en las calles. De paso, el conductor le entregó el vuelto en su mayoría con billetes de 500, papeles que ya no están aceptando en locales comerciales y otras líneas de transporte.
Tras pasar unos minutos de discusión, la señora no le tocó más remedio que aceptar “perder” parte del pago que hizo porque no había podido conseguir efectivo para el traslado.
Harina pan por un pasaje:
La viví en primera persona, lo cuento yo, no me lo contaron:
Resulta que para esta semana, necesitaba tener en el bolsillo dos millones de bolívares para movilizarme al trabajo, a mitad de semana, tras casi agotar lo que tenía a la mano, logré ubicar con una persona que vende efectivo y reuní un millón de bolívares, pero me faltaban 400 mil para cerrar la semana; al llegar al viernes no logré conseguir dinero para volver a casa. Y ahora, ¿qué hago?
Me acerqué a varios locales para comprar efectivo, pero en todos recibí la misma respuesta: no tenemos efectivo, caja registradora vacía.
Tras pasar varios minutos de incertidumbre, surgió la idea de, con lo que recibí por pago de quincena, comprar una harina de maíz y ofrecerla al conductor en calidad de pago, es decir, entregar el paquete de harina y recibir parte del pago en efectivo, sería una oportunidad para recibir algo de dinero.
La harina de maíz, la más económica del anaquel, costó un millón doscientos mil bolívares, quiere decir que si necesitaba pagar doscientos mil por el pasaje, me devolvían un millón de bolívares.
Para cuando me subí a la unidad de transporte el colector me pidió el pago, le manifesté que le pagaría luego de subirme. Al llegar a mi parada no me aceptó el pago por la harina, no me cobró por el traslado.
En esta oportunidad, el conductor prefirió no hacer el canje, supongo que no le convenía la harina por no ser la de la marca tradicional que se consume la mayoría del país o no quería desprenderse del efectivo que reunió pasajero por pasajero.
¿Dónde están las alcaldías?
El incremento del pasaje es un tema pendiente para las alcaldías. Alcides Monsalve, alcalde del municipio Libertador, informó en nota de prensa, que no está autorizado ningún ajuste del pasaje. Sin embargo, la calle dice lo contrario.
“Entendemos la situación económica crítica que estamos viviendo, sin embargo, le digo a los merideños que no he autorizado ningún aumento”, dijo el alcalde, ¿palabras vacías?
Aseguró que desde la municipalidad aplicarán sanciones a las líneas de transporte que asuman el aumento que la alcaldía no aprobó. ¿Las multas se pagarán en dólares o en paquetes de harina?