El 2020 vandalizó la educación

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Foto: Radio Fe y Alegría Noticias

El año 2020 trajo consigo no solo una pandemia por COVID-19, sino además un repunte en el vandalismo y los robos contra las escuelas y liceos del país.

En los últimos años, el sector educativo ha estado protestando y luchando por una reivindicación salarial digna y más que justa. Se trata de reconocer la labor de los maestros del país, quienes tienen sobre sus hombros la responsabilidad de formar a las futuras generaciones.

Sin embargo, a esta lucha se unieron campos desolados, destrozados. La pandemia despertó la maldad entre algunas personas, quienes, no conformes con hurtar bienes de una escuela, se dedicaron a violentarlas.

Para la coordinadora del Observatorio de Educación, profesora Gladys Chacón, en el último trimestre de 2020 se cometieron vandalismo y robos contra el 40% de escuelas primarias y liceos públicos en el país.

El Observatorio de Educación es un programa perteneciente a FundaRedes, una organización no gubernamental dedicada a la defensa de los derechos humanos.

Las escuelas de Fe y Alegría no escaparon a esta amarga realidad. Ante esto, la directora del programa Escuela de Fe y Alegría, Noelbis Aguilar, señaló que los robos cometidos contra las escuelas del movimiento afectaron al 30% de la población estudiantil.

«Tuvimos pérdidas de computadoras e impresoras que son equipos usados para la atención de los estudiantes y con ello se minimiza la capacidad de respuesta para la tención de esa comunidad educativa», comenta a Radio Fe y Alegría Noticias.

Y eso solo por nombrar algunos bienes sustraídos. En 2020 hubo escuelas que quedaron hasta sin techo, pues los ladrones se llevaron las láminas de acerolit de los salones, así como aires acondicionados y hasta la comida del programa de alimentación escolar que también abarcaba a las familias de los estudiantes.

Delincuencia en la frontera

Para Gladys Chacón, quien además es presidente del Colegio de Licenciados, seccional Táchira, en las escuelas de los estados de frontera se produjeron más robos de objetos o material de valor para, posiblemente, ser comercializados.

De allí que fuera más común el robo del cableado eléctrico así como de las bombas de agua que tienen partes de cobre.

Ella indica a Radio Fe y Alegría Noticias que la Escuela Técnica Industrial de San Cristóbal, así como la Escuela Técnica de Comercio Alberto Adriani cerraron el 2020 con su peor rostro.

Con matrículas que cayeron hasta unos 1.300 alumnos, se fueron quedando cada vez más a merced de delincuentes que han desvalijado sus talleres, galpones y laboratorios de estudio.

Vandalismo en centro y oriente

Para las escuelas del resto del país, cuenta Chacón, simplemente aumentaron los casos de vandalismo y robos.

«Muchas veces en algunas instituciones pareciera que lo hicieran con saña, con ganas de destruir lo poco que queda. No sé cuál es la intención de esos amigos de lo ajeno», recalca.

De acuerdo con el sondeo que ha podido recoger entre diferentes asociaciones gremiales, la región centro-costera tuvo la mayor cantidad de denuncias de vandalismo.

Para Fe y Alegría, las escuelas de Cumaná, en el estado Sucre, tuvieron la mayor cantidad de reportes. Hubo instituciones que robaron varias veces.

Robos y vandalismo Escuelas Fe y Alegría San Luis Cumaná
Cortesía

La Unidad Educativa San Luis de Fe y Alegría sufrió en 2020, al menos, cuatro robos. Comenzaron el 1ro de abril robándose el sembrado de cambur. 15 días después se robaron ventiladores y un aire acondicionado. Casi finalizando el mes, seis personas volvieron a entrar pero la comunidad se dio cuenta y la policía llegó a tiempo.

Más tarde, el 23 de noviembre, ladrones ingresaron por una ventana de la dirección y se llevaron 4 video beam, 4 computadoras portátiles y 2 módem de internet.

También en Sucre, la Unidad Educativa Padre José María Vélaz en Cumaná cumplió sus 23 años en noviembre casi desvalijada. Su directora, la profesora Omaira González, detalló que además se robaron el cielo raso del techo y los cables de los salones y pasillos. Este mes, los 1.116 niños, niñas y adolescentes más todo el personal que hacen vida en esta institución, volvieron a una escuela a oscuras.

En Miranda, la escuela Pampero sufrió dos robos durante la segunda semana de abril. De ellos se llevaron computadores y materiales didácticos. Vecinos del municipio Lander, donde queda ubicada la escuela, denunciaron que los hechos de seguridad habían aumentado considerablemente durante esos meses.

El lunes 04 de mayo la Escuela Técnica Ángel de la Guarda en Monagas amaneció con la cocina vacía. Sujetos desconocidos ingresaron por la reja de un aire acondicionado de allí se llevaron bultos de leche, azúcar, pasta, sal, harina de trigo, mantequilla y aceite, además de 45 pollos y un equipo de video beam. Esto dejó sin un plato de alimento a 600 niños y niñas.

En Anzoátegui, no hubo un panorama muy diferente. En mayo, robaron dos veces en una misma semana en la escuela Fe y Alegría del sector Tierra Adentro de Puerto La Cruz.

Al mes siguiente, en junio, funcionarios de la policía municipal capturaron a dos personas dentro de la escuela Fe y Alegría ubicada en la vía a El Rincón, también en Puerto La Cruz. Los sujetos pretendían llevarse una reja y cuatro láminas de aluminio.

Robos y vandalismo Escuelas Fe y Alegría El Tigre
El 13 de agosto fue hurtado parte del techo de los salones de usos múltiples.

Entre agosto y octubre, la escuela Fe y Alegría El Tigre fue víctima de dos robos y un intento frustrado. En el primero, se robaron 20 láminas de acerolit del techo del salón de usos múltiples que luego fueron recuperadas por PoliAnzoátegui. Pero en el segundo, se llevaron otras 12 láminas del techo del salón de sexto grado.

La escuela solo estaba protegida por un vigilante indefenso quien, por temor a su seguridad personal, no salió a hacerle frente a los ladrones.

Apenas 48 horas después, amigos de lo ajeno intentaron ingresar de nuevo a la institución pero los vecinos se activaron y evitaron el robo.

Y esto nada más es por nombrar casos de escuelas pertenecientes a Fe y Alegría.

Año nuevo, mismo escenario

Este 2021 no empezó con un pie distinto. El propio 2 de enero un grupo de personas entró al liceo San José de Mirabal en Puerto Ayacucho y se robaron equipos, cables, tuberías y mobiliario.

Pero la acción no solo quedó en robo. Destrozaron paredes, puertas y ventanas. Le prendieron fuego  a los archivos de la dirección, de la coordinación de pastoral, evaluación y control de estudios, docencia y biblioteca. Acabaron con el comedor, dos churuatas y los laboratorios. No quedó nada.

Robos y vandalismo en oficina IRFA Maturín  escuelas

El 07 de enero, un grupo de ladrones entró a la oficina de Fe y Alegría en Maturín, amarraron al vigilante, lo encerraron en un baño y se robaron computadoras, módems, máquinas de soldar, secadores, planchas de los talleres de formación, y hasta los cauchos de la camioneta que moviliza al personal.

En este edificio funcionan el Instituto Radiofónico Fe y Alegría, la emisora de radio, los talleres, el área administrativa del Centro de Capacitación Laboral y también el programa regional de Escuelas.

¿Quién responde?

El Observatorio de Educación recoge la información mediante datos que llegan directamente de los maestros o por medios de comunicación. Su coordinadora asegura que el número de denuncias formales no corresponde con el de hechos de vandalismo o robos en las escuelas.

Quizás esto se deba a lo que agrega, Noelbis Aguilar: «los cuerpos policiales van a las escuelas pero de ahí no pasa. Pocas veces se tiene una respuesta de garantizar ante esos hechos, unos protocolos de seguridad».

Es por ello que desde Fe y Alegría trazaron alianzas con las comunidades vecinas a las instituciones «que prácticamente se han convertido en sus guardianes». Ya quedó demostrado que si trabajan en conjunto, pueden evitar vandalismo y robos a las escuelas.

Desde el Observatorio de Educación están recogiendo toda la información de cada una de las denuncias para presentarlas formalmente ante la Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la República.

Aguilar pide que existan políticas emanadas desde el Ministerio de Educación y los cuerpos de seguridad «para que las escuelas, junto con los hospitales y todos los espacios públicos de atención donde se garanticen servicios, sean resguardados.».

«No es fácil recuperar lo que se pierde», recalca.

Escuelas doblemente solas

Con la aplicación de una cuarentena social, las escuelas fueron los primeros espacios en desocuparse y hasta entonces, siguen solas.

Muchas de ellas no cuentan con vigilantes las 24 horas del día y si los tuvieran, éstos se encuentran igual de indefensos ante la intromisión de delincuentes.

Sin embargo, con el inicio del año escolar 2020-2021 en septiembre pasado, y reforzado aún más en enero, han sido muchas las bajas de personal y estudiantes.

En Fe y Alegría contabilizaron en solo 2 días de la primera quincena de enero, casi 35 renuncias «y eso nos pone en alerta porque al no cambiar la política salarial del docente en Venezuela, vamos atener bajas importantes que van a afectar este proceso educativo», dice Aguilar.

Lo mismo comenta Gladys Chacón al referirse a la deserción de estudiantes que comienzan a registrar las escuelas este mes.

Las escuelas se van quedando sin pupitres, computadoras, lavamanos ni pocetas porque se los han robado, pero también sin maestros ni estudiantes que las defiendan.

Robos y vandalismo en el Liceo San José Mirabal de Puerto Ayacucho escuelas
Foto: Radio Fe y Alegría Noticias

¿Volver a las aulas? ¿A cuáles?

En anuncios recientes, el presidente Nicolás Maduro asomó que estudia la posibilidad de volver a clases presenciales durante las semanas de flexibilización.

Con esta idea en el panorama, Gladys Chacón enfatiza que «si no estaban dadas las condiciones al momento de la pandemia, que el gobierno llame (a clases) es una irresponsabilidad».

Para ella, si el gobierno nacional no dota de implementos de bioseguridad a los médicos y hospitales «donde está la pandemia pululando, imagínese cómo será la cepa de mayor fuerza que se pueda dar en las escuelas al haber intercambio de personas cuando no contamos con medidas para niños, docentes ni representantes».

Sin dudar, asegura que «eso traerá como consecuencia, si el Estado no presta la atención debida, que la pandemia se vaya en aumento».